sábado, 3 de mayo de 2014

PHILOMENA
En la película vemos como una mujer que pasa la vida entera  buscando a su hijo que le fue arrebatado, con la ayuda de un hombre periodista, y por ende ateo y pragmático pero con un inmenso deseo de reencontrarse con el periodismo y por supuesto ayudar a esta mujer que por años en su corazón permanece su esperanza.
Ante todo rectifiquemos la idea sabida de que, para muchos una mujer joven embarazada es unos de los pecados más grave en esta estricta sociedad de la época antigua y comúnmente en la que vivimos ahora y por ello, le arrebatan a su hijo condenándola a estar sin él y a ingresar a un lugar donde seguramente no estaba a gusto; un lugar llamado convento donde cada uno de nosotros pensamos que es un lugar digno, donde se refleja los principios morales y en donde creemos que es el único lugar donde nos sentiremos en paz y salvo, ya que se supone que es un lugar sagrado. Realmente no se qué es lo que invade mi corazón si una inmensa ira o una gran tristeza a darme cuenta que aunque es una película nos relata la vida cotidiana de cada uno de nosotros, que mientras habemos personas que rechazamos aquel ser que nos dio la vida sin darle crédito alguno por su abandono, hay otras que pasan el resto de su vida buscando a sus hijos perdidos y sin respuesta algunas y como philomena que aunque se encuentra con el mundo que rodeaba a su hijo este ya no habitaba en ese su mundo.
No pude detener las pequeñas lágrimas que derrame durante la película y la profunda tristeza que siento que aunque es un poco diferente mi historia, veo una madre que aun con el pasar de los años su amor hacia su hijo es imborrable e irrompible y que con el tiempo crese más y más. Al llegar a este punto me hace tomar conciencia y me hace reflexionar…si Dios en su infinita misericordia nos ha perdonado, quienes somos nosotros para no perdonar aquel ser que nos dio la vida y que solo por eso merece el titulo de llamarse Madre…en ella ves el único ejemplo del verdadero amor, sin límites, sin compromiso y sin fecha de caducidad.









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